El espejo que se enamoro de un dibujo

Aquellos dias, en los que aun existia la vida, había un espejo. Un espejo muy solo, que solo reflejaba la hora del reloj que tenia enfrente. Ese reloj estaba muerto, y los deuños de la casa ni siquiera lo sacaban. Asi que el pobre espejo tenia que reflejar por sus dias el cadaver de aquel reloj. Su consuelo era que nunca le habia tomado afecto, ya que no se hablaban, se cain mal mutuamente. El reloj, en sus dias de visa, veia al espejo como algo frio, escaso de color, falso e hipocrita, un ladron de su gran apariencia. El espejo veia al reloj, el vivo o el cadaver, como algo frio , escaso de color, falso e hipocrita, un cacharro inutil, porque de vida fallaba. Un dia, los dueños al fin decidieron cambiar el reloj, en el intento de sacar el aparatejo inservible, se les callo el espejo, se rompio la mitad de su bella cara de vidrio, y por logica, los dueños decidieron sacarlo de su casa, su lugar, su rincon que le pertenecia, porque no ivan a mostara un espejo roto en su pared ¡¡¡Como iban a quedar frente a las visitas!!! Lo dejaron en el estante mas alto del escritorio del Señor. Al lado de el se encontraba un libro marron, un libro viejo y polvoriente, pero el espejo aun asi se habia encantilado con el, ya que en el habia un hada, un hada hermosa, de ropa fina, alas violetas, tez mate, y pelos de oro. El se volvio el amigo de ella. Aunque ella nunca queria abrir los ojos. Porque cuando lo vio por primera ves ella se reflejo. ¿Ustedes poreguntaran poorque no se queria ver?¿Acaso er afea?¿Pero si el espejo penso qu era hermosa? Es que ese hada vivia en un libro horrible. Un libro donde el cuento magico trataba de que esa hada como era tan fea, cambio su petalo del tiempo, que era sue muerte por la belleza, entonces ella estaba condenada a ser inmortal. Siempre iba a vivir en ese cuento, en ese libro polvoriento y viejo, en esa repisa sucia. Entonces prometio nunca poder volverse a ver a ella misma. Pero sin embargo el espejo y ella charlaban de las cosas mas graciosas. Un dia el espejo se animó a decirle que la amaba. Ella lloró. Le explicó que nunca iba a poder estar con él por el juramento que hizo. El espejo lloró. Luego de algunos meses, que se habían basdado en llorar, el espejo callo de la repisa en un accidente, pero esta vez lo mandaron a una venta. Se vendió y vivió en otra pared, pero esta vez en frente de un cuadro.