sábado, 12 de junio de 2010

Historia. Capitulo 2

Me puse el abrigo y salí por la puerta del edificio. No podía notar si alguien me estaba esperando afuera ya que estaba alborotado de gente. Así que me quede esperando cerca de la entrada. No sabía a quien buscaba, pero naturalmente un demonio sería facil de reconocer. Atractivo y Aterrador. Por defecto, ahí estaba. Tendría aproximadamente entre 18 y 20 años, o al menos eso aparentaba. Vestía un pantalon negro, una chaqueta de cuero negra y una camisa negra. Finalmente su cabello azabache le hacia par. Esto me extraño un poco, ya que pense que iba a ser todo rojo como el Sr. Rojo. Su ojos eran grandes e hipnoptizadores. Rojos, como esperaba. Noté que mas allá de que ninguna persona común tuviera este color tan perturbador en esta peculiar familia, quedaban realmente bien. Aunque noté que no era tan aterrador como su padre, mas bien tenía un aspecto de niño duro, cosa que me hacia gracia. Por supuesto que se acercó hacia mí, ya me conocía. Para entablar el panorama, podemos aclarar que un manada de chicas e todos lo años, cuchillaban y reían mirandolo. Algunas, mas atrevidas, le pedian el numero, estorbandole el paso. Finalmente se paró frente a mí. Pero en vez de saludar con un simple hola, como era de esperarse, hizo algo tan vergonsoso que casi me desmayo denuevo. Se arrodillo en el pasto con todo elgancia y me tomó la mano y la besó. Su mano era un poco mas fría que la temperatura normal, pero estaba bien y era suave y satisfactoria, te hacia sentir como en casa. Y sus labios eran aun mas suaves y delicados pero aun así pasionales. Note que también eran de un rojo fuerte, que contrastaba con su piel blanca como la cal. En ese momento, toda la cuadra se inundó por un OHHHHHHHHHH y por decepción. Hasta esuche a muchas decir -Pff, ya tiene novia, no importa entonces- o - Por que siempre todos los atractivos tiene a alguien?- entre miles de lamentos. El se paró y se acerco aún más. Me dijo -Mucho gusto, Nial. Yo soy Adrian.- No creo que estuviera mal en decir un simple -Hola- tal como lo hice. Sin decir otra palabra, caminamos y nos subimos al auto. Al poco tiempo llegamos a el Edificio y en menos de un caurto de segundo estabamos en el estudio de su padre. El nos estaba esperando. -Bien, ¿Ya puedes firmar el contrato?- Yo dí un paso al frente, sin aparentar terror, aunque en realidad quería salir corriendo, tirarme en mi cama y taparme con la frazada diciendo que todo es un sueño, pero no lo hice. -Antes de casarme, quiero conocer mejor a Adrian. No puedocasarme con un completo desconocido.- Esas fueron mis palabras, decididas. El se tomó su segundo de reflexión y finalmente dijo -Esta bien, no me opongo a que conoscas a u futuro marido. Por supuesto que tiene que haber química en el aire de un humano antes de que se case. Pero solo te daré 6 meses para eso. Medio año y nada mas. Si lo desaprovechas, no será mi culpa. No te daré más tiempo. El 16 de septiembre de este año, tendras que decirdirte.-
Así fue la sentencia. Tendría nada más que 6 meses para aclarar mis dudas y buscar las información necesaria como para tener un razón convincente por la cual no debería casarme. Naturalmete Adrian (insistió en que lo llamé por su nombre) estuvo de acuerdo con esto. Bueno, ya habrá mas tiempo para preocuparme de eso después de la escuela, me dije a mi misma, mientras sonaba la campana de comienzo. El profesor entró, imponiendo silecio y dando apertura a la clase. Empezó diciendo -Hoy tendremos a un nuevo estudiante transferido...- Oh no, que no sea lo que estoy pensando -... se llama Adrian Pray. Pasa por favor.- Un chico alto, y con uniforme entró a la clase. Si, era él, mi supuesto pro..prometido. -Muy bien creo que te sentaras..- Empezó diciendo el profesor, pero Adrian lo interrumpio -Al lado de Nail, ella es mi prometida, asi que creo que nos hará bien pasar tiempo juntos.- Un ehhhhhhhh? llenó la clase. Yo me escondí bajo mi cuaderno. El prefesor puso mala cara, pero al ver la sonrisa gentil de el chico, le dejó. El se sentó a mi lado, diciendo hola.
Los dias iban pasando, mur agitados. Tanto por el hecho de que todas la chicas me miraban como si hubiera cometido un pecado, que Adrian me seguía a todas partes preguntadome cosas que me gustaba hacer sin descanso y que los profesores seguían cediendo antes las caritas de éste. Se estaban eligiendo los encargados de los trabajos de clase, mientras yo dormitaba, hasta que escuche un Pray y Sunwich se ofrecen. Yo lo miré con desconcierto. Hacer los trabajos de la clase era un aburrimiento y para colmo era con el hijo de Sr. Rojo. No es que no me agradara Adrian, pero tenia dos cosas en claro. No me iba a casar y mucho menos con el hijo del diablo. Nos tuvimos que quedar después de clases, para hacer las listas del comité estudiantil. Estabamos callados, enfrentados el uno al otro. Pero aun así nuestras mirtadas seguían en los papeles. Yo estaba a punto de decir -Sabes...- cuando le con una velocidad inhumana sugeto mi cintura con una mano, parandome, mientras con la otra aprisionaba mis muñecas, imposibilitando el movimiento en mi manos. Subió su mano hacía mi mentón, sosteniendolo firmemente. -Pero, ¿Qué estass...?- No, no pude decir más, él ya me estaba besando. Fue un beso ardiente, y se sintió bien, pero no me olvidaba que estaba siendo forzada. Y aunque mi corazon quería (y esto asustaba), era mi mente la que movía mi cuerpo y se negaba a tirar el orgullo que le quedara, por un chico. Desvié mi rostro, para que mi labios quedaran fuera de su alcanze, por lo que siguió por mi cuello. Me alarme. Este no era mi plan para supuestamente conocernos mejor. Es más, ni me interesba saber cual era su pelicula favorita, ni que deportes practicaba. Aparte, ¡Estamos en el salón de clases! No, esto definitivamente tenía que parar. Como pude subí mi pierna y lo empueje con mi rodilla. El me soltó, liberandome los brazos y dijo -Oh vamos Nail, ¿crees que soy realmente el chico que piensas? No voy a seguir persiguiendote a la larga mientras te decides. Agarré mi bolso y mi abrigo y salí corriendo. En ese momento no podía pensar, realmente y es justo lo que necesitaba hacer, pensar.

Historia. Capitulo 1

Su respiracion estaba acelerada y sus manos le temblaban, poco, pero podía notarse. Escucho que alguien adentro dijo su nombre, seguido de un -pasá- Se mordió el labio y noto un sabor metalico, que la puso aun mas nerviosa. Exaló profundamente y volvió a tomar aire, agarró la manija con fuerza e increiblemente abrió la puerta. En ese momento, se produjo el fin del mundo. O minimamente del suyo, es decir no todos los días un mensajero de la muerte te toca la puerta para decirte que tienes "ciertos asuntos pendientes" Lo unico que vió fue una sala de espera, con 3 sillones y un mostrador. No había nadie. Se acercó al mostrador y toco la campanita. Una, dos, tres veces sin respuesta. Se arrimo por sobre el escritorio y miro para los dos lados. Nadie. Se volvió y descubrió un pasillo largo y oscuro. Cualquiera pensaria, oh vamos no entres, siempre que la protagonista entra pasa algo malo. Pero si alguien se lo pone a pensar, no puede quedarse esperando por siempre y tampoco podía huir, ya que la puerta por la que entró extrañamente había desaparecido. De fabula. Siguió por el pasillo nerviosa, pero con cautela. Vió una primera puerta, donde se detuvo. Por supuesto que la iba abrir. Era eso o seguir caminando en la oscuridad con un miedo abrasador. En efecto, la abrió. La cerró al instante, por la impresión y luego pensó en que podría ahogarse. La abrió de nuevo, esta vez muy despacito (aunque sabia que no serviría de nada, ya que la fuerza de semejante cantidad de agua, no iba atener en cuenta al obstaculo de la puerta o a ella misma) y miró. Se quedo mas boquiabierta que antes al poner mas atención. Un enorme columna de agua en suspención ocupaba la puerta. En ella había peces rosas, azules, naranjas y verdes nadando. Tambíen había plantas acuaticas de muy diversas texturas y colores. Y cada vez más lejos mas oscuro estaba, era como si el marco de la puerta fuera el sol de ese lugar, o lo que sea que fuera eso. Con la mano intentó tocar el agua, también tenía la curiosidad de si era salada o dulce. -No te lo sugiero- Escuchó una voz detras de ella -El edificio no soportaría todo el agua del oceano pacifico- Ah, entonces ese lugar era el océano Pacífico, que buen truco. Al tener mas en cuenta la presencia de su acompañante, se dio cuenta de que no era un mounstrito o una deformidad con patas. Era un persona con traje, un muy buen traje. O al menos eso creía eso. Tenia ojos negros azabache, al igual que el callo. Sus manos estaban en su espalda y medía el doble de su altura. -Sígueme- dijo, y en esas cicunstancias no era para desoverdeserlo ya que no había salida, exepto que quisieras nadar sin rumbo hasta la primera ilsa en medio del mar. Así que al final era agua salada, que curioso. Siguieron por el largo pasillo, pero esta vez el se avivó de prender la luz (por si se lo preguntan, sí, había interruptor) Hatsa que llegaron a una puerta, aunque esta no estaba a un costado, si no que daba termino al pasillo. El tocó y al cabo de medio segundo sin respuesta, según lo que creía ella, la abrió. Entraron en una sala grade y bien amueblada. Todo tenía un aire muy antiguo, y caro. No había plantas, ni tampoco una mascota villana. -Espera aquí- el hombre dijo y salio por la puerta. Ella se sentó en un de las grandes sillas de cuero en frente del gran escritorio y al lado de un gran bibliotecario. Wow, todo es tan "gran" Cuando su asombro se esfumo, puedo pensar mas claramente. Ella no estaba ahí para tomar el té, ni para juagr a las damas. Es más no sabia por que estaba ahí, lo que lo hacía peor, sobre todo por el hecho de que ahí era probablemente la oficina de un tipo malo, mafioso y oscuro. Sobre todo por el hecho de que no había ni una ventana. Oh perfecto, menos vías de escape. Mientras se fijaba si había algun ducto de ventilación, simpre por la dudas, se encontró con que la silla de enfrente ya estaba ocupada por otro tipo, aun mas aterrador que el anterior. Bien, ya tenemos al jefe de las ratas. No sabía si era alto, ya que estaba sentado, pero al parecer superaba al otro. Su cabellera era de un rojo tan vivo como acero hiviendo y su ojos le hacian juego. Si, hay que admitirlo era atractivo, pero de una forma tan aterradora que daban ganas de llorar. -Hola, Nail- Si, por supuesto que sabia mi nombre. Si me llamaron, obviamente me habían investigado, a no ser de que tuviera poderes mentales o algo así. -¿Que quiere?- -Oh, veo que vas al grano, bien perfecto, me saca bastantes molestias de encima- Toció un poco para aclararse la garganta, como un tipico politico dando un discurso. -Te cité aquí por un arreglo matrimonial con mi hijo- Lo último que recuerdo fue a ese tipo medio borroso. No es que me hayan dado con una picana, es más, creo que me desmayé, no por el hecho de que conociera a el hijo malo de un tipo malo que tenia un asistente malo, sino por el hecho de la palabra matrimonio. ¡Vamos solo tengo 17 años! Cuando desperte estaba acostada en un sillon de cuero negro, de eso que estan el los estudios de los psicologos para sus pacientes locos. Me sente lentamente, por las dudas que me volviera a marear. Cuando mi respiración volvió a ser normal, reflexione. Ese tal Sr. Rojo no había dicho mucho, pero con una palabra ya pudo hacer que me desmaye. Matrimonio. Naturalmente no era una broma de mal gusto, ya que no se hubiera tomado tantas molestias para eso y aparte se veia que era un tipo serio. Volví a ver si había alguna ventana, una puerta, el aujero de un ratón cualquier salida que me ayudara a escapar, la situación lo demandaba. Pero no había nada, al parecer para mi infortunio las puertas se materializaban cuando alguien quisiera, y yo no era ese alguien. Y tal como mecioné el Sr. Rojo ya andaba entrando por una puerta que de anda a saber donde apareció. Él llevaba un vaso con agua. -Oh veo que ya despertaste, que gusto. ¿Te sientes mejor?- Yo le respondi moviendo la cabeza. -Que bueno.- Mientras me hablaba iba acercandose caminando. Cuando llegó al sillón, no se sentó, si no que se quedo parado enfrente mío y comenzo a explicar. -Trata de no desmayarte de nuevo, causa muchas molestias- Yo lo mire con mala cara, el tenía la culpa de mi momento inconciente -Como iba diciendo, tú estas comprometida con mi hijo, Adrian.- Me faltaba un poco el aire, pero seguí en pie. -Tus padres, el 13 de junio de 1986, firmaron un contrato conmigo acordando con el compromiso- Mis padres hicieron un contrato con el diablo, involucrandome. A decir verdad los quiero, pero nunca fueron muy buenos padres. Siempre pense que me ocultaban algo, sobretodo cuando decian que habian heredado una herencia de una tia imaginaria y se iban a Hawai o a un cruzero por Las Bahamas. -¡No puedes hacer eso! ¡No me voy a casar y mucho menos con el hijo del diablo! ¡Esa es mi decición y no tuya, ni de mis padres!- Escupí la ultima palabra por la pura decepción que me aguardaba. -Estas muy equivocada, antes de que te incubaran, los unicos que podían firmar por vos eran ellos, lo que me da el poder sobre este contrato y por lo tanto sobre tí. Por otra parte no quiero que vos no estes de acuerdo con esto, ¿por que no piensas en lo que podrías ganar?- Claro, un acuerdo matrimonial siempre se trata de beneficios, no de amor. Era estupido plantearle la idea que primero necesitaba enamorarme, sobretodo ¿quien se enamoraría de su hijo, el chico rojo? Obviamente estaba en desacuerdo pero le seguí el juego. -¿Que beneficios?- -Verás, naturalmete tenemos todo una industria aquí. Nunca te tendría que faltar nada, ya que el negocio es prospero, digamos que siempre va a haber politicos corruptos y grandes estafadores, que caen en las llamas de infierno. Nunca tendrías que trabajar y tendrías el poder para hacer lo que quisieras, siempre y cuando yo y mi hijo (Basicamente él) estuvieramos de acuerdo.- Hice como que consideraba la idea y termine con un seco -No, ¿Donde esta la salidad?- -Lo siento, pero el no, no esta en mi vocabulario. Y ya que no podemos por las buenas, me olvide de decirte de que si no cumples el contrato, todas las generaciones por venir, incluyendo la tuya y la de tus padres, caeran al infierno.- Bien, eso cambiaba un poco las cosas. Pero en ese momento no podía pensar. ¿Él entendía lo que me estaba pidiendo? ¿Que me CASARA con el HIJO DE DIABLO? Ni soñando, pero tampoco me gustaba mucho la idea de pasar el resto de la eternidad aspirando humo. - Te daré hasta mañana a las 5 de la tarde para pensarlo. No te molestes en venir, Adrian te pasara a buscar por tu instituto. Y cuando te decidas de una vez por el sí, tienes que firmar tu tambíen el contrato para que no haya ningun cabo suelto.-
Me desperte en casa, no había nadie por supuesto, mis padres estaban diviertienose en Suiza con plata del Sr. Rojo. Eran las 7 y 20. Voy tarde, me dije a mi misma. Desayuné un biscocho y leche y sali para el colegio. Obviamente no iba a prestar atención a la clase de historia. Tenía que concentrarme en cosas mas importantes, como donde iba a pasar la eternidad. Me centré: No quería casarme, de eso estaba segura. Pero si no lo hacía, iría a mi infierno junto con mi familia. Y eso me agradaba menos. Tenía que buscar algo con lo que amenasarlo y extorcionarlo, pero vamos era el diablo, si queria me podía hipnotizar o matar en menos de lo que quería. Pero antes me pregunte, ¿Por que yo? ¿Por que este matrimonio beneficiaría al diablo o a su hijo? Necesitaba las respuestas esas preguntas. Pero para investigarlas necesitaba tiempo. Él necesitaba mi firma ahí. Si pasaba eso, todo estaría acabado. Antes de firmar ese contrato, tenía que buscar información. Cuando tocó la campana para el termino de clases ya tenía pensado que hacer y decir cuando hablara con el Sr. Rojo.

¿Sera eso?

Ariela Juarez de Campos camina por la calle a las 12 y 31 minutos. Pasada la medianoche, no se puede hacer mas que ir al cine a ver la funcion de trasnoche. Comprar un tentempie y una entrada y sentarse en una comoda butaca a ver la colorida obra musical, la que nadie ve, por que no es un exito. Luego se fantasearía con que un chico calido se sentara en su asiento. El hijo de los Quarencio, de familia pobre y rasgos apuestos. Seria una reunion secreta, solo para ellos. El no se atreveria a ponerle un dedo encima, era muy timido. Eso a ella le encantaba. Se arreglaria los rulos y se pintaria los labios a la luz del proyector, sin que el pudiera percatarlo. Ya tendria cruzada las piernas habito de las señoritas saludables y honradas. No como las cualquiera, que no se arreglan para salir, ni a las que no les da verguenza hablar de picardias sucias. Ella no era asi, y lo sabia. El tambíen. Y eso es lo que le encantaba de ella. La dificultad del efuerzo que tenia que hacer para poder respirar al lado de ella. Paso media hora de la pelicula entre miraditas y cuchilleos, hasta que el decidido corto el silencio de la burbuja bostezando. Estiro los braxos y se desperezo, terminado con un hmm y depositando su mano en el respaldo de la butaca de la chica. Ella se ruborizo de pies a cabeza y el lo notó, aunque ella pensara que no. El corazon lw dio un vuelco y empezo a galopar salvaje, dejando que su sangre se extendiera totalemente por su cuerpo y que fuera tan rapido para producir un oleada de calor demasiado penosa. Esto es lo que le paso a ella. Pero el tranquilo domino la situacion e hizo un chiste, un comentario gracioso paa relajar el ambiente y espantar a la tensión. Faltaba un cuarto de hora para dar termino a la película, y hacia caso omiso a su reloj. Ella lo tenia en cuenta, en 15 minutos se deberia ir, no podria retrasarse nada, por que su madre lo sabría y sería un cualquiera que anda coqueteando sin verguenza con cuanto chico que se le cruze. Oh nonononono, eso sería imposible, no pasaría. Llegaría tan puntual como lo tenía planeado. Termino la pelicula, aunque sinceramente le podrían haber preguntado cual habia ido a ver y ella habria respondido con total seguridad Le vid' en rose aunque en realidad se tratara de un musical de Brodway. Los dos estaban medios desanimados en la entrada del cine. Ella por que el no la podría acompañar a casa. El porque sabía que no podría robarle un beso rapido a su acompañante. Pero para su sorpresa esta con la mismo rubor que noto anteriormente poso su labios rojo carmesí en su mejilla y se retiro con prisa después de un -Buenas noches- El se quedo pasmado en medio de la vereda. Como si una estampida de elefantes hubiera pasado por encima de su cuerpo y le hubieran roto todos los huesos y eso aun asi le hubiera dado la mayor felicidad del mundo que recorría todo su cuerpo, una, dos veces y otra y otra mas. Lo que sentía por esa muchacha parecida a un muñequita e porcelana, tímida y delicada, no cabia en su propio cuerpo. El no queria hacer nada impropio con ella y eso la alejaba. Tendría el deseo, pero podría contenerse toda la vida, por que no era como otras. Ella era tan calida. Una calidez que se tornaba vital para el funcionamiento de su corazón. Pasaron otros 15 minutos, hasta que decidio volver a su casa, corriendo, ya que tenía que decargar toda la adrenalina que sentía o moriria de placer.

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Me di cuenta de que necesito expresar. Rios purpuras, lunas plateadas y caballos arco iris. Plantas, rosas y manzanos. Dudas crueles, odios infaltables y muchachas corazones. Todo, todo eso. Un helado en verano, un chocolate en invierno. Un beso atrevido, y una caricia dulce. Un llanto amargo y un colibri soñador. Una nube solitaria y un sol abrasador. Un aire diferente y una sonrisa liviana, pero verdadera. Un sentimiento enorme y felicidad. Aguas turbias y pensamientos tristes. Historia delante, ahora un futuro. Miradas ahogadas y libres mariposas. Una lago olvidado y un rosal en llamas. Una manzana podrida pero tan roja y apetecible. Algo que hace mal y necesidad. Una bandera flameante, y tortas decoradas. Un abrazo tan dulce que se podria devorarpor intuicion y tan calido para soñar por la eternidad en sus brazos. Un chiste gracioso, de los buenos, y una almohada tan suave como el puro algodon. Una vida fuerte, tan tan fuerte y a la vez imposible de valorar sin comparacion. Un alma perdida, y un gato en penas, bebiendo en el bar de la esquina y comiendo de un fuenton. Cerrar los ojos por puro palcer y oir las hojas bailandoen el viento. Un ceremonia digna de ver, con sus vestidos rojos y marrones, danzando por culto a un otoño olvidado. Sufrimiento dignos de tener, y carreras sin argumento. Dulces y golosinas gomosas, solo para empalagar ¡Que bien me hacen! Chocolates para uno, y una cama para dos, en un cambio, polvareda de ilusion, que no deja rienda suelta a la imaginacion. Dame un poco de eso que quiero mas, hasta saciarme, hasta reventar. Dulces melodias flotan ante mi ¿Que hago? ¡Escuchalas! No lo desaproveches y grita tanto como puedas lo que sea, solo para poder oir tu voz.