sábado, 12 de junio de 2010

¿Sera eso?

Ariela Juarez de Campos camina por la calle a las 12 y 31 minutos. Pasada la medianoche, no se puede hacer mas que ir al cine a ver la funcion de trasnoche. Comprar un tentempie y una entrada y sentarse en una comoda butaca a ver la colorida obra musical, la que nadie ve, por que no es un exito. Luego se fantasearía con que un chico calido se sentara en su asiento. El hijo de los Quarencio, de familia pobre y rasgos apuestos. Seria una reunion secreta, solo para ellos. El no se atreveria a ponerle un dedo encima, era muy timido. Eso a ella le encantaba. Se arreglaria los rulos y se pintaria los labios a la luz del proyector, sin que el pudiera percatarlo. Ya tendria cruzada las piernas habito de las señoritas saludables y honradas. No como las cualquiera, que no se arreglan para salir, ni a las que no les da verguenza hablar de picardias sucias. Ella no era asi, y lo sabia. El tambíen. Y eso es lo que le encantaba de ella. La dificultad del efuerzo que tenia que hacer para poder respirar al lado de ella. Paso media hora de la pelicula entre miraditas y cuchilleos, hasta que el decidido corto el silencio de la burbuja bostezando. Estiro los braxos y se desperezo, terminado con un hmm y depositando su mano en el respaldo de la butaca de la chica. Ella se ruborizo de pies a cabeza y el lo notó, aunque ella pensara que no. El corazon lw dio un vuelco y empezo a galopar salvaje, dejando que su sangre se extendiera totalemente por su cuerpo y que fuera tan rapido para producir un oleada de calor demasiado penosa. Esto es lo que le paso a ella. Pero el tranquilo domino la situacion e hizo un chiste, un comentario gracioso paa relajar el ambiente y espantar a la tensión. Faltaba un cuarto de hora para dar termino a la película, y hacia caso omiso a su reloj. Ella lo tenia en cuenta, en 15 minutos se deberia ir, no podria retrasarse nada, por que su madre lo sabría y sería un cualquiera que anda coqueteando sin verguenza con cuanto chico que se le cruze. Oh nonononono, eso sería imposible, no pasaría. Llegaría tan puntual como lo tenía planeado. Termino la pelicula, aunque sinceramente le podrían haber preguntado cual habia ido a ver y ella habria respondido con total seguridad Le vid' en rose aunque en realidad se tratara de un musical de Brodway. Los dos estaban medios desanimados en la entrada del cine. Ella por que el no la podría acompañar a casa. El porque sabía que no podría robarle un beso rapido a su acompañante. Pero para su sorpresa esta con la mismo rubor que noto anteriormente poso su labios rojo carmesí en su mejilla y se retiro con prisa después de un -Buenas noches- El se quedo pasmado en medio de la vereda. Como si una estampida de elefantes hubiera pasado por encima de su cuerpo y le hubieran roto todos los huesos y eso aun asi le hubiera dado la mayor felicidad del mundo que recorría todo su cuerpo, una, dos veces y otra y otra mas. Lo que sentía por esa muchacha parecida a un muñequita e porcelana, tímida y delicada, no cabia en su propio cuerpo. El no queria hacer nada impropio con ella y eso la alejaba. Tendría el deseo, pero podría contenerse toda la vida, por que no era como otras. Ella era tan calida. Una calidez que se tornaba vital para el funcionamiento de su corazón. Pasaron otros 15 minutos, hasta que decidio volver a su casa, corriendo, ya que tenía que decargar toda la adrenalina que sentía o moriria de placer.

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